En la Zona que sueño



Por: Nathalia Bentz

Ayer paseamos por uno de mis lugares predilectos de Santo Domingo, su Zona Colonial. Ya se ve y se siente distinta, los trabajos de remozamiento y rescate del área más importante de la ciudad finalmente puedes empezar a disfrutarlos, hay un espejismo de ¨seguridad¨ al que te aferras sin importar si es cierto, y deambulas entre sus calles descubriendo nuevas apuestas de todo el que ha apostado por la ZONA.

Sin embargo ya aprendiste a vivir con miedo, así que andas ¨guillao¨ de persona confiada para aparentar ante las personitas más importantes de tu vida un sentimiento parecido al de tu sana niñez, para que corran y se sientan libres, para tumbar por unos minutos los muros de cemento y de ¨malls¨ que hemos hecho sus patios.

Caminamos felices y hasta saqué mi celular en algunos lugares, la SLR no, esa la guardé para la explanada donde ví policías patrullar.

Desconfié del mendigo, del paletero, del yunyunero y del limpiabotas, también de la señora que vendía burbujas y su hijo, de un motor y de un carro, del niñito y el jovencito con su novia y tuve mucha pena de mí misma.  

Pero agradezco que mis hijos no se han dado cuenta, ni siquiera cuando apresuro como neurótica para subirnos y bajarnos del carro, cuando les grito si se alejan o en mis malos intentos de disimulo de ecuanimidad...mis hijos viven en lo que sueño vuelva a ser mi país, ven las mariposas y las burbujas volando, perciben los sonidos de los pajaritos y las formas de las nubes, alimentan las palomas y saludan a la gente, rien a carcajadas de cualquier disparate...yo los observo con un ojo, sonriendo satisfecha, con el otro le sigo el rastro al teenager que les acaba de pasar corriendo por detrás para que  no se le ocurra interrumpir nuestro sueño.

No creo que la seguridad sea un privilegio, la seguridad es un derecho que necesitamos restaurar para ciertamente vivir. 




Agradecido como nunca con su juguete de $25 pesos
Mis reyes disfrutando libertad 



Feliz comiendo galletitas en la Zona Colonial




Wild and free, así se disfruta mejor
El trío colonial


Despedida del día y de nuestro paseo, una foto tomada desde el vehículo al regreso.








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