Cuando se gana perdiendo

Por: Nathalia Bentz


Algunos familiares me han recomendado no tener a mi hijo en tantas actividades, aveces su dedo acusatorio me sale en el retrovisor del carro, justo en el momento de crisis por algún tapón del tránsito en los que diariamente me veo envuelta con el lleva y trae que cuesta mantener un niño activo en la ciudad que me ha tocado vivir. Me quejo constantemente, pero contrario a lo que muchos creen, tengo la real convicción de que algún día veré los frutos de este sacrificio personal y familiar.

Recientemente tuve una gran recompensa, Kai participó en su primera competencia de Judo, representando junto a otros niños de 5-8 años la escuela a la que pertenece. En un principio no iba a poder asistir,  yo tenía un compromiso de fotos con una amiga y su bebé, Marcos no podía llevarlo y sinceramente señores, era DOMINGO! mi único día sin actividades infantiles impuestas.

El sábado recibí un inesperado mensaje cancelando mi cita, de repente quedaba libre mi anhelado y personal domingo, fue automática la llamada al Sensei Juan: -anoten a Kai, que vamos! 

Ahí estaba yo MI DOMINGO en el salón multiuso de un club de la ciudad, en la primera fila frente al gran Tatami, en un ambiente lleno de padres, entrenadores, niños  competidores de todas las edades y estratos sociales, música, luces, jueces y árbitros.

Luego de una larga espera y despliegue de talentos le llegó el turno a Kai, yo sufría lo que no se imaginan,  lo veía admirada y descubría al mismo tiempo una madurez y temple que desconocía que existían en él, ¿cuándo sucedió?.

Kai peleó y lo hizo con agallas y empeño, con las carencias y el costo de la novatada que definió el resultado final de la contienda,  combatió contra un ambiente nuevo,  contra sus debilidades, contra su inexperiencia, contra su gran deseo de ganar y triunfó desde el momento que caminó determinado a hacerlo.

Lo abracé y felicité orgullosa, su papá también pudo animarlo.  Sé que en su interior le habría gustado esa medalla que vió colgada en otros niños, pero estoy segura que le quedó claro la gran batalla que había ganado y el valor de perder habiendo hecho lo mejor que sabía.

Iniciamos el Judo por razones muy particulares, distantes de todas las ventajas y aportes que nos ha brindado este arte marcial. 

Mis tapones tienen otro matiz desde ese DOMINGO que gané perdiendo...aún así me seguiré quejando de este tránsito aniquilador.



Sensei Juan realiza el calentamiento con los niños antes de la competencia
Competencia de JUDO


Mami orgullosa
Satisfecho y lleno de aprendizajes, COMBATIMOS!

Comentarios

  1. Nathalia, me encantó esta entrada. Así me siento yo. Tú sabes que pocas madres tiene el privilegio (porque así lo veo yo, como un lujo) de poder llevar y buscar o acompañar a sus hijos en este tipo de actividades. O en todas las actividadeds extracurriculares. CM es feliz con todas sus cosas, sino no sabría qué hacer solo estando en casa. Me encanta la familia del judo, el deporte y lo que conlleva y se aprende. Felicidades por tu lindo post! :D

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  2. Mariela, GRACIAS por dejarme el comentario. Que alegría que eres parte de esa familia del Judo y que compartimos el privilegio de esta linda etapa. Acompañar a nuestros hijos es nuestro rol aun sea desde el trabajo, muy afortunadas las que podemos estar presentes en persona.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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