Los Peligros del Acetaminofén en los Niños








Por: Dr. Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo


Ningún medicamento es inocuo por muy inofensivo que parezca. 
De ahí que la regla de oro en el ejercicio de una buena medicina, y en la cotidianidad del día a día, es usar la menor cantidad de medicamentos posible y solo cuando haya una indicación médica que lo justifique.

El acetaminofén existe en nuestro medio en su forma genérica y en centenares de marcas comerciales, y muchos adultos lo usan en ellos y en sus hijos de una manera alegre desconociendo que dicho medicamento puede ser tóxico y hasta mortal en algunas circunstancias.

El acetaminofén puede producir daño al hígado a través de la producción de un metabolito tóxico que el cuerpo normalmente puede eliminar, pero cuando se usan dosis altas por tiempo prolongado, la cantidad de ese metabolito se acumula y ataca al tejido hepático.  Esto puede darse en niños pequeños que están tomando acetaminofén para la fiebre y que al mismo tiempo se le administra otro jarabe entre cuyos componentes también está el acetaminofén.  Se dá en personas que toman alcohol con cierta frecuencia y que usan acetaminofén en dosis altas para aliviar la cefalea y el malestar que produce la “resaca alcohólica”. 

Los signos y síntomas de la enfermedad hepática por acetaminofén son: piel y ojos amarillos (ictericia), orina oscura, heces blancas, nausea, vómitos y pérdida del apetito. En otras ocasiones, los síntomas pueden pasar desapercibidos como si se tratara de una simple gripe, y, en los casos más severos de disfunción hepática hay confusión mental, coma y muerte. 

Hay personas, entre estas, algunos niños, que parecen tener una predisposición a la toxicidad hepática inducida por el acetaminofén. Es por ello que los padres deben dejar a un lado la práctica de usar este medicamento en casos que muy bien pudieran manejarse por medios  simples como una buena hidratación o baños de agua fresca. Recordándoles, que deben leer bien las etiquetas y ajustarse a las dosis que el médico indicó, que no cometan el error de multiplicar las dosis usando acetaminofén oral y agregar otro jarabe que también tiene ese producto en su fórmula. Sepan que las gotas infantiles de acetaminofén son tres veces más concentradas que la suspensión para niños, por lo que deben estar seguros, que su hijo está recibiendo fórmula de acetaminofén para niño y que su bebé está recibiendo fórmula de ese medicamento para bebés. 



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