Enfermedad de Kawasaki




Por: Marcos Díaz Guillén
Pediatra-Neonatólogo

Esta enfermedad que hoy se conoce como síndrome de Kawasaki, se ve en niños por debajo de los cinco años de edad y se caracteriza por: fiebre alta de aparición brusca que dura por lo menos cinco días, conjuntivitis ( ojos rojos ) sin secreción ocular, mucosa bucal roja, labios secos y agrietados, lengua en fresa con papilas inflamadas, inflamación de las palmas de las manos y plantas de los pies, descamación alrededor de las uñas,  sarpullido de distribución irregular en la piel y ganglios aumentados de tamaño en el cuello. El diagnóstico es clínico y no hay un análisis de laboratorio que lo confirme, los signos y síntomas pudieran no presentarse todos a la vez por lo que el diagnóstico a veces se hace difícil.

La población general conoce muy poco respecto de éste síndrome y el médico debe pensar en él para hacer el diagnóstico ya que es una enfermedad relativamente reciente. Los primeros casos fueron descritos en Japón por Tomisaku Kawasaki entre 1961 y 1967, hoy se sabe, que es un síndrome de distribución mundial.

Aunque es una enfermedad benigna, si no es tratada adecuadamente en su fase inicial, al paciente se le pueden formar aneurismas de las arterias coronarias, secuelas muy graves que en el futuro van a ser la causa de infartos y muerte súbita en jóvenes aparentemente sanos, es en éste aspecto donde radica su importancia. Actualmente se cree, que los infartos fulminantes en adultos entre 20 y 40 años de edad, muchos de ellos pudieron haber sido casos de Kawasaki no diagnosticados en la niñez. En los países industrializados, es la cardiopatía adquirida más frecuente en la edad pediátrica por encima de la cardiopatía por fiebre reumática.

No se conoce con claridad cuál es el agente causal, pero su forma de presentación estacional observada en los tres brotes epidémicos en Japón hace pensar en una causa bacteriana o viral.

  Si nos presentaran un niño por debajo de los cinco años de edad con fiebre de cuatro o cinco días y algunos signos, aunque sean aislados que nos hicieran sospechar de ésta enfermedad, el médico estaría haciendo lo correcto si ante la duda interna a ese niño e inicia de inmediato el tratamiento con gamma globulina intravenosa y dosis altas de aspirina. Es éste el tratamiento aceptado universalmente con el que evitaremos las complicaciones cardíacas ya mencionadas en una enfermedad que por demás parece inofensiva.

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