La miel de abeja, un peligro


Por: Marcos Díaz Guillén
Pediatra -Neonatólogo






Muchas personas sustituyen el azúcar corriente por miel de abeja para endulzar sus alimentos o toman una o más cucharadas de miel diariamente, y es una buena costumbre, aunque el valor calórico de ambas es el mismo, es decir, engordan por igual. Pero no hay dudas que la miel, contiene nutrientes con un gran valor y efectos beneficiosos para la salud y el azúcar de caña por su parte, solo aporta calorías vacías.

Se conocen referencias históricas de la miel de abeja en citas bíblicas, y en las antiguas civilizaciones griegas y egipcias se referían a la miel como un producto sagrado. La miel contiene aminoácidos  esenciales, minerales, hierro, calcio, vitaminas A y C y tiene propiedades antibióticas ,  desinfectantes y antiinflamatorias provenientes de las plantas de las que las abejas producen su miel.

Sin embargo, el aspecto que queremos destacar hoy es, la costumbre de muchas madres de ofrecerle miel de abeja a sus niños pequeños o untar con dicha miel el chupete para calmar al bebé a la hora de ir a la cama, desconociendo que eso es muy peligroso. Por debajo del año y medio de edad, la miel de abeja está absolutamente contraindicada en el niño, aunque sea en cantidades muy pequeñas. Cuando la miel llega al estómago del bebé que aún no tiene la acidez estomacal del niño mayor o del adulto, se crea el ambiente ideal para que crezcan las esporas del clostridium botulinum  productoras de una neurotoxina con la posibilidad de producir botulismo infantil.

Los síntomas del botulismo son: sequedad de la boca, nauseas y vómitos, desgano, inapetencia, estreñimiento, llanto débil y una gran debilidad muscular que puede terminar en parálisis de los músculos de la respiración, el niño deja de respirar y muere. Todos estos síntomas los produce  la toxina botulínica liberada por las esporas del clostridium botulinum que estaban en la miel de abeja y que encontraron en el estómago del niño lactante el ambiente propicio para reproducirse.


La toxina botulínica es uno de los venenos más poderosos que se conocen, es un arma biológica  de destrucción masiva considerada de extrema peligrosidad y prohibida por las convenciones de Ginebra y la convención sobre armas químicas. Por otra parte, la desnervación muscular química que produce, le permite ser usada además, como producto cosmético para producir parálisis de los músculos faciales en hombres y mujeres que desean hacer desaparecer sus arrugas y rejuvenecer su fisionomía inyectándosela en su rostro en su presentación comercial conocida como Botox.


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